-¿Qué entiende por espíritu empresarial?
Es lo que nos puede salvar de la situación de crisis en la que está el país. Consiste básicamente en arriesgar, en tener un cierto amor al riesgo. Tener una idea y arriesgar patrimonio, que es lo que hacen habitualmente los empresarios, a sabiendas de que pueden fracasar. Y a veces en España no es muy normal alabar la función del empresario, que es quien crea riqueza y empleo y al que necesitamos todos para que el país supere la crisis y crezca.
– De todas formas, en época de crisis si se arriesga y se fracasa, el batacazo es más fuerte…
Es verdad que no se están viviendo circunstancias muy positivas para arriesgar, pero por eso mismo sería muy bueno que el Gobierno tomase medidas más contundentes de las adoptadas hasta ahora, para crear un marco de referencia y para generar expectativas que ayudasen a que los empresarios fueran más optimistas de lo que son ahora. Se encuentran con un Gobierno que lanza mensajes poco convincentes. Lo que quiere un empresario de verdad es un marco normativo flexible, por ejemplo en las relaciones laborales, y también un marco fiscal propicio. Y cuando tiene eso, el empresario arriesga e invierte. Se necesitan medidas contundentes.
– ¿Cómo ve a Navarra respecto a la crisis
Navarra no va a ser ajena a la crisis. Podemos estar muy bien en todo, y ser más ricos que los demás, pero debemos ser conscientes de que también nos va a afectar, y debemos reaccionar.
– ¿Cuánto tiempo cree que va a durar esta crisis?
Soy pesimista en esto. Creo que va a ser dura, importante, dolorosa, la más grave de las que hemos pasado de las que he conocido hasta ahora. Va a durar todo este año y el próximo, en que creo que las cosas irán peor todavía. Y todo esto no es por sembrar alarmismo, sino porque todos los informes de la gente más cabal apuntan en esa dirección. Hay que reaccionar de manera rápida y lo que no veo es tensión reformista por parte del Gobierno central. El Gobierno foral está demostrando más dinamismo que el central.