Institución Futuro hace público el documento “Comentario crítico a los Presupuestos Generales de Navarra 2021”, un texto que analiza los PGN, que se enmarcan en una crisis económica sin precedentes provocada por la COVID-19 y las restricciones a la actividad y a la movilidad.

El think tank considera que estos presupuestos continuistas y optimistas en cuanto a la previsión de ingresos, no van a ayudar a que Navarra salga de la crisis. No se encuentran medidas que vayan a ayudar a recuperar el empleo privado perdido o a mejorar la competitividad de la región. Por el contrario, sí que se observa un crecimiento continuado de los gastos, sin priorizar los mismos. No puede esperarse que los futuros ingresos que lleguen de la Unión Europea a lo largo de 2021 sean los que nos financien los imprescindibles proyectos transversales necesarios para elevar el crecimiento económico y la competitividad de la economía y el empleo. Estos deben estar reflejados en el Presupuesto y priorizarse respecto todos aquellos que no lo son.

Navarra tiene la necesidad de acometer un proceso de consolidación fiscal, que no debe hacerse por la vía del incremento de los impuestos, puesto que perjudicaría el crecimiento de la actividad y del empleo, sino mediante la mejora de la eficiencia en el gasto público. En el actual contexto económico, dadas las múltiples necesidades que tiene que cubrir la política presupuestaria y la insuficiencia de los recursos presentes y futuros para la financiación de éstas, resulta prioritario conocer si los niveles de bienestar de nuestra sociedad se pueden alcanzar con una menor utilización de los recursos públicos (con el consiguiente menor endeudamiento), o si el uso de los mismos puede mejorar las prestaciones actuales. Este es un debate que debe centrar la atención pública, pudiendo ser considerado una de las prioridades de política económica.

Se incluyen a continuación las principales reflexiones sobre el Anteproyecto de Presupuestos Generales de Navarra 2021:

  • La cifra de ingresos tributarios estimada por el Gobierno está sobrevalorada. Por una parte, las estimaciones del cuadro macroeconómico se realizaron en agosto de 2020, cuando la segunda ola de la pandemia aún no había azotado a Navarra de la manera en que lo ha hecho en otoño, con lo que la previsión del cierre del ejercicio entendemos debería ajustarse a la baja. Por otra parte, la previsión de recaudación tributaria, con las previsiones del Gobierno de Navarra, están 3 puntos porcentuales por encima de la estimación de crecimiento para 2021 (7,3%), por lo que estimamos que la cifra de ingresos tributarios, por este desfase, está sobrevalorada en al menos 100 millones de euros. 
  • El optimismo en las previsiones de ingresos, en un momento de enorme incertidumbre, exige que se sea extremadamente prudente con los gastos presupuestados. Se va a tener que financiar con deuda que va a alcanzar máximos históricos. Este año, se justifica, pero no debiera aumentarse más de lo necesario. A partir de 2022 habrá que realizar esfuerzos para lograr superávit, a poder ser sin subir impuestos, para ir reduciéndola.
  • Los PGN 2021 no incluyen como ingreso los previsibles fondos europeos que vayan a llegar a Navarra a través del Next Generation EU. Desde el think tank estamos totalmente de acuerdo con la prudencia de no contar de antemano con dichos ingresos por la inseguridad de que lleguen a lo largo del año. Es fundamental apostar por nuevos proyectos transversales, público-privados, que sean tractores para el cambio de la economía navarra. Esas partidas debieran estar ya recogidas en el proyecto, sin esperar a ser aprobados por la Unión Europea y su realización dependa de la llegada de dichos fondos.
  • El Proyecto de Ley Foral contiene en su Artículo 5, referente a las ampliaciones de crédito, una cantidad excesiva de partidas ampliables, muchas de ellas sin asignación económica en el Presupuesto.  
  • A pesar de que los PGN 2021 se han anunciado como expansivos para ayudar a recuperar la economía, éstos resultan continuistas respecto a los de años anteriores. No hay partidas nuevas importantes orientadas al crecimiento y la creación de empleo y las partidas incluidas en el Plan Reactivar Navarra –que supone la importante cifra de 507 millones de euros- no son nuevas, la mayoría de ellas ya estaban previstas antes de que llegase la crisis de la pandemia. El aumento del gasto, por sí mismo, no es garantía de que se vaya a recuperar la economía.
  • A pesar del incremento de  gasto presupuestado,  a 31 de diciembre de 2021, la economía navarra no habrá recuperado ni el PIB ni el empleo de finales de 2019.
  • Se desaprovecha una nueva oportunidad de realizar reformas estructurales, como la fiscal. Para 2021 se incluyen pocos cambios en esta área que no resuelven uno de los principales problemas de Navarra: su elevada fiscalidad. La manera de incrementar la recaudación tributaria en este momento pasa por recuperar la actividad económica perdida, y una presión fiscal alta hace que dicha recuperación requiera más tiempo.  Navarra debiera eliminar algunos tributos como el de Patrimonio (ningún otro país de nuestro entorno lo contempla) y reducir de forma significativa IRPF o Sociedades.
  • Es un buen objetivo de la Hacienda navarra incrementar la dotación respecto a años anteriores para el Plan de lucha contra el fraude fiscal, la economía sumergida y el empleo no declarado. Resulta más efectivo y justo incrementar los ingresos por esta vía que por la de aumento de la tributación.
  • No se detecta un apoyo decidido a la empresa privada ni se observan políticas que impulsen el rol de la empresa como creadora de riqueza, más allá del papel financiador de la misma a través de impuestos. En este sentido, Institución Futuro se posiciona en contra de la Ley aprobada recientemente en el Parlamento de Navarra que penaliza a las empresas que se deslocalicen o reduzcan significativamente su actividad. Este tipo de actuaciones no ayudan a atraer inversión en un momento en el que la creación de empleo debería ser prioritaria.
  • Se echan en falta medidas orientadas a mejorar la eficacia y eficiencia de la Administración pública mediante la monitorización del gasto. Ahora toca priorizar el gasto en el mantenimiento de la salud y de la actividad económica, por lo que el incremento se debiera focalizar en poder gestionar mejor la crisis para familias y empresas y habrían de corregirse gastos no imprescindibles.
  • El esfuerzo que se pretende hacer con el plan de modernización y digitalización de la Administración pública no se ve reflejado en una reducción significativa ni en el gasto de personal ni en el gasto corriente. El gasto de personal supone el 31,5% de todo el presupuesto y va aumentando todos los años, lo que supone adquirir un compromiso estructural a futuro. A esto se suma la prevista subida del 0,9% del salario del personal público, lo que contrasta con la pérdida de empleos que se está produciendo en el sector privado.
  • Tanto gasto corriente hace que el capítulo 6, referido a inversiones reales, apenas alcanza los 170 millones de euros (un 3,49% sobre el total de los PGN), cuando debiera ser clave, junto con los fondos europeos, para la recuperación y la mejora de la competitividad de Navarra.

En este contexto, el Gobierno de Navarra ha llegado a un acuerdo de compromisos presupuestarios con el grupo parlamentario EH-Bildu que asegura que el Proyecto de Ley vaya a salir adelante en el Parlamento en la votación que previsiblemente se realizará el 23 de diciembre. Hubiera sido  el momento idóneo de grandes acuerdos y grandes políticas, que marcasen no solo el inicio del nuevo futuro de Navarra post-pandemia, sino que enviasen a la sociedad navarra, tan castigada por la COVID, un mensaje de unidad y de apuesta conjunta y moderada por el bien común.

Institución Futuro
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