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El pasado 24 de noviembre el Instituto Nacional de Estadística publicó los resultados de la encuesta de actividades de I+D durante el año 2021. Y con ellos los resultados de Navarra. Como en muchas otras parcelas estadísticas, dependiendo de qué se quiera ver, o cómo se quieran leer los datos, se extraen unas u otras conclusiones.

Si se quiere ver lo positivo, Navarra invirtió en el año 2021 la cifra récord y nada desdeñable de 390 millones de euros. Sigue siendo la tercera comunidad en términos relativos, tras País Vasco y Madrid, y los ratios fundamentales que miden el I+D+i ya están a niveles pre-covid, y en algunos cuestiones incluso a niveles pre crisis inmobiliaria. Dada la importancia de la innovación para el desarrollo y crecimiento de las empresas y las regiones, esta noticia resulta positiva.

Tanto es así que puede hacernos creer que Navarra está mejor que ayer, que las políticas y la priorización del presupuesto del Gobierno de Navarra de estos últimos años son acertados, que las empresas que invierten en I+D+i en Navarra son más y gastan más, y que con ello nos encontramos en una posición competitiva con respecto al exterior mucho mejor, que hemos generado muchos empleos de calidad, ¡y hasta que las mujeres con carreras STEM son cada vez más!

La realidad, desde mi punto de vista, uno más por supuesto, es que podemos congratularnos por lo conseguido pero que debemos ser más ambiciosos, que no estamos siendo audaces en un momento clave para Navarra. Si nos comparamos con nuestros compañeros y competidores de liga, País Vasco y Madrid dentro de España, nos encontramos con que el primero no solo ha recuperado su inversión en I+D previos a la crisis financiera de 2008, sino que la ha incrementado en un 24%, y la segunda en un 16%. Navarra justo se encuentra al nivel previo de la crisis, que desde luego es mejor que estar por debajo, pero aún con largo recorrido de mejora por delante.

El gasto en I+D+i respecto al PIB en la Comunidad Foral se encuentra en el 1,76%, que es mejor que el año pasado, sí, pero muy inferior al que teníamos hace 5-10 y 15 años, donde llegamos a estar incluso por encima de la media europea ¡y por encima del 2%!

Todas las estadísticas nos informan de que cada vez son menos empresas las que invierten en I+D, y que son las grandes empresas las que, con su incremento de gasto, están manteniendo el nivel. ¿Y las pymes de las que tanto se habla? A nivel nacional invierten menos y son menor número. Hablan de descensos de miles de empresas. Si además de ello sumamos que en Navarra hemos sufrido una migración en los últimos años de empresas pymes y menos pymes, y que nuestra capacidad de atracción de nuevas empresas es en estos momentos muy baja, ¿no habría que replantearse hacer algo distinto?

Hace ya unos meses, desde el think tank Institución Futuro se hizo una reflexión del nuevo Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación 2021-25 de Navarra. Se extrajeron una serie de conclusiones e incluso se propusieron aportaciones al documento borrador. No debieron ser muy acertadas porque ninguna se incorporó al documento final. Los fondos NGEU pasarán por Navarra pero, sin una estrategia adecuada, será difícil aprovecharlos debidamente. El Plan no recoge grandes cambios respecto a anteriores planes, por lo que lo lógico es que cosechemos un poco más de lo mismo, ¿o no?

Sin ánimo de simplificar, pero dado que uno de los puntos débiles de nuestro ecosistema innovador son las empresas, y como hemos dicho estas cada vez son menos, y como región somos poco atractivos, ¿no sería lógico crear-potenciar herramientas que permitan que esta curva se invierta? ¿Qué se puede hacer?

Desde mi punto de vista y dada la gran capacidad normativa de la que dispone la Comunidad Foral, deberíamos generar el mejor sistema de incentivos fiscales por I+D+i de España, y no es difícil. ¿Tendrá coste? Por supuesto, pero seguramente cosechemos más de lo que invirtamos, por lo menos a largo plazo. El país que mejor incentiva a las empresas a través de las deducciones fiscales por I+D+i es con diferencia Reino Unido. Por no entrar en detalles sofisticados de carácter técnico, que seguro desde el Gobierno pueden hacer, es un sistema basado en tres conceptos:

1. Conceptos intencionadamente amplios de lo que se entiende por I+D+i.

2. Las pymes disponen de cinco vehículos para poder aprovechar su inversión, tengan o no tengan beneficio. Sin límites.

3. Disponibilidad inmediata del crédito fiscal (en menos de 50 días desde la aceptación del proyecto como I+D+i), lo que ayuda a la tesorería.

Los incentivos fiscales no son programas competitivos (no hay competencia entre empresas), son controlables por las compañías (no dependen de los presupuestos del Gobierno y su ejecución), se puede anticipar su ingreso, estimulan la recurrencia en la inversión en I+D+i y tienen un coste en su gestión 40 veces inferior a las ayudas de programas de I+D.

¿Por qué no tratar de ser los líderes en España en inversión en I+D+i, si tenemos todo lo que hace falta tener para ello, y solo hace falta un poco de audacia?

Institución Futuro
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