Diario de Navarra, 22 de septiembre de 2013
Belén Goñi, directora general de Institución Futuro
Crisis, contracción del consumo, paro, incertidumbre… ¿cuándo llegará la tan esperada recuperación económica? Nadie lo sabe pero, en cualquier caso, no será en breve, porque para el común de los mortales la crisis habrá pasado de verdad cuando haya trabajo para todo el que quiera y pueda trabajar, y esto llevará tiempo. Lo que podemos hacer es intentar acelerar el proceso poniendo en marcha nuevos proyectos y negocios que generen riqueza y empleo. No se nos debería escapar ninguna oportunidad sin antes valorar su viabilidad y sus repercusiones.
Esta reflexión viene a cuento de la polémica desatada con el “fracking”. La también llamada fractura hidráulica es un método que se emplea para liberar gas no convencional mediante la inyección a profundidad de agua a presión junto con un conjunto de productos químicos en las rocas.

Las implicaciones económicas y sociales de este proceso en Navarra serían muy positivas. Podría suponer una reducción del precio del gas para todos los ciudadanos. Eso sin contar los empleos directos e indirectos que podría generar, y su impacto económico en nuestro PIB por la atracción de empresas industriales energéticamente intensivas, así como la mejora de la competitividad de las ya existentes. Todo esto teniendo en cuenta que, según algunos estudios, las reservas de gas no convencional en nuestra región se han estimado en 50.000 millones de m3, lo que equivale a más de 50 años de consumo de gas en Navarra con un valor de 15.000 millones de euros.

Ojalá todo fueran ventajas, pero no es así. Existen posibles efectos medioambientales adversos. Los principales, la inducción de microseismos y la potencial contaminación de los acuíferos subterráneos. Por ello el tema del fracking debe tratarse con seriedad y rigor, estudiando sus beneficios y todas sus posibles consecuencias caso por caso. Realizar estudios de impacto ambientales independientes previos a la puesta en marcha del proceso parece el mínimo que todo proyecto debería cumplir. Y una vez hechos deberemos ser consecuentes, de tal manera que si el impacto no es asumible, la respuesta debería ser un no rotundo.

En un reciente Consejo de Ministros se aprobó un proyecto de Ley que incluía un mayor control medioambiental y, al mismo tiempo, una mayor agilidad en los procedimientos de fracking. Pero en Navarra, el Parlamento va a llevar próximamente al pleno una ley que prohíbe el fracking en la Comunidad Foral, y que se aplicaría tanto a los permisos ya concedidos o en tramitación, como a las solicitudes futuras.

Como a la mayoría de ustedes me preocupa mucho el empleo y el crecimiento económico pero también quisiera que mis hijos y nietos heredaran la misma tierra maravillosa que las generaciones anteriores conservaron para nosotros. Lograr equilibrar ambas cosas es complicado pero hay que tratar de hacerlo. Por ello, me sorprende que muchos quieran echar por tierra un proyecto que, a priori, podría reportar tantos beneficios a Navarra. ¡Ojo! Tal y como acabo de explicar, los peligros medioambientales no son un tema baladí, ni deben dejarse a un lado. Pero de ahí a prohibir de golpe y plumazo todas las extracciones… Pedir una moratoria, como ya han hecho varios países europeos, parecería más prudente, porque permitiría tener más tiempo para poder estudiar todas las consecuencias. Al fin y al cabo, las mediciones e informes se realizan por cada proyecto, y son los técnicos quienes han de valorar la viabilidad medioambiental de cada uno de ellos.

Por desgracia en este debate se echan en falta voces de expertos independientes que puedan valorar el tema sin mezclar ideologías ni clichés políticos. Todos recordamos lo sucedido con la autovía de Leizarán, Itoiz, o los parkings de las plazas Blanca de Navarra, Castillo o San Francisco. En esta ocasión, me gustaría asistir a un debate serio y profundo que pusiera de relieve claramente para todos los ciudadanos los pros y los contras con objetividad, sin algaradas, manipulaciones o presiones. Una información veraz para posteriormente decidir qué es lo más conveniente para lograr ese equilibrio del que hablaba antes. Y todo ello, teniendo en cuenta que hay estadios intermedios entre permitir todo y prohibir todo.

Navarra ha sido siempre un referente en cuanto al medio ambiente, al aprovechamiento energético, al empleo de nuevas tecnologías… tenemos la suerte de contar con buenos técnicos en los campos mencionados y podemos contratar lo que nos falte, pero debemos ser capaces de estudiar el tema con seriedad. Si finalmente se demuestra que el fracking, tal y como se realiza en la actualidad, supone un riesgo medioambiental inasumible, deberíamos dedicar personas y fondos a investigar o a conectarse con las investigaciones que están tratando de explotar ese recurso natural, el gas no convencional, para conseguir que las extracciones fueran eficientes y sin peligro alguno.

Lo dicho, no debería escapársenos ninguna oportunidad sin haberla estudiado en profundidad y caso por caso. A ver si somos capaces todos de estar a la altura.

Institución Futuro
Share This