Actualidad Económica, quincena del 3 al 17 de abril de 2009
Por Ana Lorenzo, responsable de marketing y atención al socio de Institución Futuro
La crisis financiera mundial ha dado la razón a Stuart E. Lucas, presidente de Wealth Strategist Network LLC y heredero de la fortuna Carnation Milk, negocio que vendió a Nestlé en 1985 y situó a su familia entre las 400 familias más ricas de EE.UU. de la lista Forbes.

Lucas lleva años predicando en el desierto con su inversión ética y socialmente responsable: “La riqueza sin valores es sólo dinero”, afirma en una entrevista concedida a Ana Lorenzo, del think tank Institución Futuro.

Con un entorno económico inestable como telón de fondo, su obra “Wealth: Grow It, Protect It, Spend It and Share It” (Riqueza: Constrúyela, Protégela, Gástala y Compártela, que se editará próximamente en España), se ha convertido en el libro de cabecera de los grandes gestores patrimoniales y también de aquellos que saben que no todo vale para ganar dinero.

Pregunta. ¿Se ha tocado techo con la crisis y hay que hacer un retorno a los valores?

Respuesta. Sí, por supuesto, tenemos que revisar los valores como familias, como individuos y como comunidades. Una de las cosas que ya se está haciendo en Estados Unidos es atacar de plano los sueldos y compensaciones millonarias, que han sido en parte culpables de que se haya ampliado la brecha entre ricos y pobres. La vuelta a los valores fomenta una forma de vida más sencilla y práctica.

P. ¿Qué reformas habría que aplicar para que esta crisis no se vuelva a producir?

R. Creo que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades por mucho tiempo, por lo que debe haber un cambio en las actitudes y los valores. Después de lo que ha ocurrido, la industria financiera necesita cambios en su regulación, pero insistiría en que no es necesaria más regulación, sino mejor regulación.

P. En esta etapa de incertidumbre económica, ¿cómo pueden gestionar sus activos los grandes patrimonios que crearon sus fortunas como empresarios, no como inversores?

R. Hoy existe un clima inversor mucho mejor hoy que hace 12 meses: todo está rebajado y se pueden encontrar activos buenos a mitad de precio de lo que se habría pagado hace un año. Si las familias inversoras disponen de liquidez, éste es el mejor momento para acometer inversiones.

P. El profesor del IESE Pankaj Ghemawat recomienda no invertir dinero en una empresa a la que no se pueda llegar en quince minutos para informarse sobre las andanzas de las inversiones. ¿Qué hacemos con las “due dilligence” entonces?

R. Coincido con  Ghemawat en que hay que ser capaz de reconocer y entender las claves fundamentales de un negocio o de un producto de inversión de forma rápida. Sin embargo, utilizar esto como argumento para no realizar una buena “due dilligence” o auditoría en un producto de inversión podría ser un error. Una buena inversión no se puede traducir en quince minutos: hay importantes detalles que se pueden perder en una revisión como la que Mr. Ghemawat sugiere.

P. ¿Qué papel juega la filantropía en la riqueza patrimonial de una familia inversora?

R. La riqueza de una familia es el resultado de la comunidad en donde se ha generado. Mucha de la riqueza que se crea en las familias se hace en comunidades fuertes y no en comunidades más débiles. Luego, el objetivo de la filantropía es devolver a esa comunidad parte de lo que ha hecho posible la creación de ese patrimonio. Esa aportación va permitir el mayor desarrollo de la comunidad, creando las bases para la creación de nuevos patrimonios. En definitiva, sirve a los intereses de la familia y a los intereses de la comunidad. Todos ganan.

Lea la entrevista íntegra en su versión orginal publicada por Actualidad Económica pinchando aquí