Los autores de este informe han destacado, no obstante, que el Parlamento de Navarra “no es despilfarrador, funciona bastante bien porque se tramita todo aquello que se presenta, funciona como un reloj, otra cosa es que haya que presentar todo, pero lo cierto es que no es despilfarrador“.
Entre otros planteamientos que recoge este estudio, se encuentra la de que el Parlamento dedique “más esfuerzo” a simplificar la normativa actual, que se ejercite la función de control al Gobierno “en su justa medida y no como herramienta de obstaculización“, y que se disminuya el gasto de personal parlamentario, el de la plantilla y la asignación a los grupos parlamentarios.
Asimismo, también propone que se establezca “un sistema para poder medir la labor del Parlamento“. “Debería dotarse de un cuadro de mando que integre no sólo la cantidad sino también la idoneidad y calidad de sus actuaciones y la opinión de los ciudadanos a los que representa“, señala.
Igualmente, este trabajo plantea que “los partidos políticos deberían seleccionar para sus listas personas con una formación, experiencia y trayectoria profesional acordes con los temas sobre los que deben trabajar“.