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Hay fenómenos absolutamente perniciosos para las sociedades, que se ven pasar por delante durante décadas aún sabiendo de sus efectos dañinos, pero sin hacer absolutamente nada relevante y eficaz para cambiarlos. Solo cuando el problema ha estallado de verdad y sus terribles efectos negativos son incuestionables es cuando se quiere solucionar a toda prisa lo que durante años no se hizo. La inacción ante la pérdida de natalidad es un tremendo problema en muchas sociedades occidentales, entre ellas España y Navarra.

Sabemos que en el año 2008 nacieron en Navarra algo más de 7.000 niños y niñas, mientras que en 2019 (último año prepandemia) apenas llegamos a los 5.400 nacimientos. Es decir: una caída casi del 25%. Y sabemos también que en 2008 la tasa de fecundidad no superó el 1,5 cuando es necesaria cuando menos una tasa del 2,1 para garantizar una reposición poblacional a medio y largo plazo y con ello mantener el nivel de bienestar de las siguientes generaciones. Algo insostenible.

¿Cuántos nacimientos debería haber al año en Navarra para ver el futuro con cierta tranquilidad? ¿Cuál es el objetivo del tamaño de población en Navarra a medio y largo plazo? ¿Cómo se quiere que sea le estructura poblacional: activos/ pensionistas; tasa de actividad; etc. de esa población? Ojalá que alguien con responsabilidad en el Gobierno de Navarra sepa plantearse estas preguntas estratégicas. Y las responda.

No hay duda de que recae en los padres la decisión y responsabilidad de traer niños al mundo así como que regenerar la sociedad con nuevas personas es una de sus mayores contribuciones sociales, si no la mayor. Y contribución crítica. Sin embargo, recae en los gobernantes la responsabilidad de diseñar e implantar medidas que puedan facilitar y animar a esos padres en esa decisión y en el ejercicio de sus responsabilidades sociales: en la sociedad actual, son los gobiernos quienes disponen de los recursos para ello a partir de los impuestos que pagamos los ciudadanos.

Desde Institución Futuro creemos que el Gobierno de Navarra tiene ante sí la urgencia, oportunidad y reto de procurar unas acertadas, innovadoras, progresistas y motivadoras políticas de apoyo a la natalidad. No a base de ocurrencias, sino con conocimiento y objetivos cuantificables.

No sabemos si estamos todavía a tiempo, pero cada año que pasa sin hacer nada el problema se hace mayor, hasta ser irreparable si no lo es ya. Por ello, animamos a los partidos políticos forales a tomarse muy en serio esta grave cuestión para ahora y para el futuro de Navarra. La siguiente legislatura debiera ser la del arranque de potentes y sostenidas políticas forales pro-natalidad.

Tener hijos no es de derechas ni de izquierdas, ni de nacionalistas o no. Tener hijos es una decisión de pareja, donde los padres concernidos adoptan tan trascendente decisión atendiendo a numerosas consideraciones. De alguna manera, el conjunto de la sociedad deja en manos de estas parejas jóvenes su propia capacidad de regeneración. Por ello debiera ser el conjunto de la sociedad quien, conscientemente, respaldase, reconociese, facilitase y apoyase a estos jóvenes para llevar adelante esta tarea, quizá las más importante a nivel personal.

Lo primero es realizar un profundo y amplio estudio sociológico para conocer, de verdad, cuáles son las razones o motivaciones de las actuales parejas jóvenes para tener o no tener niños. Sin miedo a las sorpresas.

Una vez conocidas las causas, el Gobierno foral, o mejor el Parlamento, deberá elegir aquellas actuaciones que están en su mano resolver y optar por las de mejor relación coste/beneficio. Sin duda, es muy probable que se tengan que acometer programas costosos, pero ahí están otras iniciativas como, por ejemplo la renta básica garantizada, donde hace quince años no se dedicaba un euro en Navarra y ahora se destinan más de 110 millones de euros al año para atender a cerca de 20.000 familias. Es decir: que cuando se quiere, se puede. Y desde luego, lo que se acometa debe ser objeto de un amplio pacto político y con convencimiento de consolidación para muchos años.

Del estudio sociológico es probable que se deduzca que la opción de tener más hijos viene de que esas parejas jóvenes tengan opciones y oportunidades vitales a medio y largo plazo. Si se consiguiese que las parejas jóvenes vieran su futuro con tranquilidad, nuestra sociedad sería más feliz por doble motivo: tendríamos muchos niños que asegurarían el mantenimiento del estado del bienestar y sus progenitores habrían podido tomar esta decisión animados al disponer de un adecuado entorno social y de apoyo familiar en Navarra.

 

Institución Futuro
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