En
diciembre de 2019 se publicaron los resultados del Programa
para la Evaluación Internacional de los Estudiantes
(PISA) de la OCDE, que cada tres años evalúa
de forma sistemática lo que los jóvenes saben
y son capaces de hacer al finalizar su Educación
Secundaria Obligatoria (ESO) en más de 80 países
del mundo. Pero en esa ocasión el organismo internacional
no facilitó los resultados de lectura de España (sí
los de competencia matemática y científica),
aduciendo que se habían detectado comportamientos
de respuesta inverosímil en determinados centros
educativos de algunas zonas.
Pues
bien, por fin la semana pasada se hicieron públicos
los datos referentes a la competencia lectora, que mostraron
un descenso tanto en el conjunto de la OCDE como en España.
Pero el caso de Navarra resulta especialmente sorprendente,
al caer del tercer puesto en la evaluación de 2015
al decimotercero, lo que implica que se halle por debajo
de la media nacional, cuando hasta ahora siempre estaba
muy por encima.
La
Comunidad Foral ha sido la segunda CCAA con mayor caída
de puntuación: ha perdido 42 puntos, solo por detrás
de Madrid que ha perdido 46. La caída media en España
fue de 19 puntos.
Así
las cosas, la evolución de Navarra en el informe
muestra en la edición de 2018 un claro deterioro
en las tres competencias analizadas, pero sobre todo en
el ámbito de lectura.
Resulta
interesante conocer la valoración que desde el departamento
de educación del Gobierno de Navarra se hace de estos
resultados. "Se
ha visto que existe una correlación significativa
entre los resultados de la competencia lectora y las fechas
en las que se realizan las evaluaciones extraordinarias
en cada una de las Comunidades Autónomas. Es decir,
en las CCAA en las que los exámenes de recuperación
se hacen en el mes de junio (como ocurre en Navarra) se
han obtenido puntuaciones menores de las esperadas que en
aquellas en las que las evaluaciones extraordinarias son
en el mes de septiembre".
El
departamento añade que "los
resultados se atribuyen en parte a una falta de motivación
en el alumnado que fue en aumento a medida que la aplicación
de la prueba se fue haciendo en las últimas semanas
del proceso (primeras semanas de mayo). Cabe remarcar además
que desde el Departamento de Educación se ha detectado
un cierto “hastío” en el sistema educativo
con una pérdida de interés en las pruebas
de evaluación que llegó a convertirse en un
“boicot” a las pruebas de PISA 2018 en cuatro
centros públicos. Todo condujo a un empeoramiento
de la puntuación media del alumnado participante,
anomalía detectada que no responde una lógica
de “causa-efecto” del proceso de enseñanza-aprendizaje”.
La
visión del departamento de educación es una
de las posibles; otra, que la comprensión lectora
de los alumnos navarros haya descensido significativamente.
O una mezcla de las dos. Juzguen ustedes mismos.