Pamplona, a 16 de marzo de 2015 | Institución Futuro, en colaboración con la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN) y la financiación del Servicio Navarro de Empleo, presenta el estudio “Nuevos modelos de gestión colaborativa para Pymes”.
Teniendo en cuenta que el entorno económico en que operan las empresas es cambiante, globalizado y complejo, éstas han de adaptar su gestión, estructuras y procesos. La competitividad exige nuevos modelos de gestión y estos pasan necesariamente por la colaboración tanto hacia dentro de las empresas como hacia el exterior.
Este informe, tomando como punto de partida la situación de las empresas en España y Navarra, plantea las tendencias económicas y sociales del siglo XXI que afectan a las empresas y describe los modelos que las Pymes podrían seguir para adaptarse a las mencionadas tendencias. Además, referencia 200 herramientas, algunas clásicas y otras recientes, que las empresas podrían utilizar para mejorar su gestión.
TENDENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES
1) El énfasis en la producción de bienes y servicios ha ido dejando paso a la calidad, innovación, flexibilidad y apertura en todos los sentidos.
2) Existe una creciente sensibilidad hacia el desarrollo humano integral, más allá del meramente económico de las personas en su entorno de trabajo, que incluye aspectos como la formación y desarrollo del talento, la conciliación laboral, etc.
3) La población ocupada en el sector terciario (servicios) pasa a ser más numerosa que la del sector secundario (industria) y la forma de trabajo propia del terciario se difunde por los demás sectores.
4) Debido a la madurez de ciertos productos y servicios, estos tienden a ser percibidos por sus consumidores como absolutamente intercambiables con respecto a los de la competencia.
5) Han cambiado las formas de financiación de las empresas, de forma que se acentúa el énfasis en la maximización de la riqueza económica y de los beneficios financieros a corto plazo y las finanzas tienden a predominar sobre lo productivo por proporcionar mayores rentabilidades que este último.
6) La creciente penetración de las TIC en la actividad empresarial implica una gran conectividad y capacidad por parte de los usuarios de ser consumidores y productores al mismo tiempo. Asimismo, se generaliza el análisis de grandes volúmenes de datos (Big Data).
7) Las empresas se centran en sus actividades nucleares y subcontratan a organizaciones especializadas la provisión de ciertos productos y servicios.
8) Creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo uniendo sus mercados, sociedades y culturas, la llamada globalización.
9) Demográficamente, sociedades desarrolladas cada vez más urbanas, envejecidas, con menores tasas de natalidad y satisfechas dentro del “estado del bienestar”.
MODELOS PARA PYMES
A continuación se describe el modelo óptimo para las empresas en el contexto ya caracterizado. Para ello, se emplean diferentes adjetivos que a su vez describen distintos modelos. Cada empresa es única y probablemente ninguna sea poseedora de todos estos atributos, pero éste es el modelo hacia el que tender.
1) Pymes más reflexivas. La reflexión estratégica sigue siendo necesaria para guiar el rumbo de las empresas sin embargo la manera de afrontarla ha cambiado radicalmente. Se fijan sus grandes líneas pero es necesario revisarla continuamente y dedicar tiempo a tratar de predecir el futuro: en qué mercados competir, cuáles abandonar, cómo adaptarse a los cambios y entender las necesidades futuras de sus clientes…
2) Pymes más analíticas. La adaptación requiere la obtención y adecuada gestión de los datos relevantes del entorno. Para ello es necesario estar conectado a las fuentes adecuadas de información y ser capaz de forma rápida y continua de analizar esos datos para detectar los relevantes y convertirlos en conocimiento que se extienda a la organización y que permita una mejor toma de decisiones. Esa necesidad de análisis no es solo externa sino también interna.
3) Pymes más anticipativas. Una vez atisbados, ser capaz de anticiparse a los cambios del entorno y a las necesidades de los clientes más rápidamente que la competencia y de dar una repuesta adecuada. Para hacerlo eficazmente, la capacidad y velocidad de reacción y la agilidad son claves.
4) Pymes más eficientes. Incluso si hablamos de lanzamientos muy novedosos, los seguidores capaces de aprovechar esa nueva ola de manera eficiente generando productos similares a un mejor precio no dejan de crecer. A ello hay que unir un consumidor más sofisticado, mejor informado, más exigente y con una gran oferta para elegir. Por ello existe una permanente necesidad de eficiencia de conseguir los objetivos utilizando la menor cantidad de recursos posible.
5) Pymes más sofisticadas. El concepto de sofisticación tiene una doble dimensión: por un lado se trata de que cada empresa esté más digitalizada, más equipada, sea más tecnológica y, por otro, hace referencia a que forme parte de una red, de un entramado de empresas difícil de replicar que hace que el conjunto sea mucho más potente que cada una de las partes. Junto a la tecnología, las empresas excelentes dedican tiempo y recursos a la capacitación de las personas que trabajan en ella.
6) Pymes más orientadas al cliente. Hasta hace relativamente poco, el objetivo de las empresas se limitaba a la búsqueda de beneficios; en la actualidad nadie duda de que las empresas deben estar no solo orientadas al cliente (satisfacer necesidades, anticiparse a ellas, etc.), sino a involucrar al cliente en el propio proceso de producción.
7) Pymes más innovadoras. Ya no basta con invertir en I+D y lanzar de tanto en tanto productos/servicios al mercado. La capacidad de aportar valor al mercado está directamente relacionada con la alineación de toda la organización con la innovación: personas que saben, pueden y quieren innovar; empresas organizadas de forma que esa innovación se potencie, alimente y fluya en continuo y empresas abiertas y muy bien conectadas con el exterior a todos los niveles.
8) Pymes más creativas. Las empresas necesitan de una mucha mayor creatividad para dar respuesta a los continuos retos que se les plantean y para idear productos y servicios que satisfagan y se anticipen a las necesidades de sus clientes. Las ideas deben proveer a la empresa de un continuo vivero de futuro y ser fuente de mejoras en su eficiencia, En cuanto a su origen, ya no provienen únicamente de la dirección sino que pueden surgir de cualquier rincón de la empresa.
9) Pymes más abiertas al exterior / cooperadoras. Conocer el entorno y anticipar los cambios requiere estar abierta al exterior y en permanente relación con él. La creciente tendencia a la especialización ha hecho que las cadenas de valor de muchos de los productos y servicios que se consumen hoy en día sean globales, en las que participan numerosos actores de diversa procedencia geográfica. Si a ello sumamos la crisis de demanda interna que ha obligado a muchas empresas y personas a salir al exterior, llegamos a la conclusión de que la empresa del siglo XXI tendrá que acostumbrarse a cooperar con muchas otras para poder ofrecer el mejor producto/servicio en tiempo y forma.
10) Pymes menos jerárquicas. No existe una estructura tipo pero lo que resulta evidente es que las estructuras más jerárquicas, que fueron útiles en un pasado reciente, no lo son en el entorno actual. El cambio, la innovación o la personalización de productos y servicios son solo algunas de las tendencias actuales que obligan a la empresa a dotarse de una estructura mucho menos vertical y jerárquica, más al servicio del cliente y el proyecto que adapta el equipo de trabajo a la tarea y sus fines.
11) Pymes más participativas. Los trabajadores de cualquier empresa en contacto con el producto/servicio son capaces de aportar innumerables mejoras al mismo e incluso exitosos negocios. La participación vincula y compromete mucho; las empresas cuya cultura es más participativa adquieren ventajas que no se observan en la empresa jerárquica tradicional.
12) Pymes que comunican internamente más y mejor. La comunicación con los trabajadores a través del comité de empresa puede resultar insuficiente; la comunicación entre todas las personas que conforman la compañía es la base imprescindible para una cultura saludable, porque cuando la información fluye entre los diferentes departamentos, personas y áreas de la empresa, se evitan los compartimentos estancos y se aprovechan y coordinan mucho mejor las oportunidades y actuaciones, y porque es un hecho que cuanto más vinculados y comprometidos con la empresa están sus trabajadores, mejores son sus aportaciones.
13) Pymes más formadas. La formación continua es tan responsabilidad de la empresa como de cada uno de los empleados. La una porque necesita trabajadores experimentados y que conozcan y aprehendan las novedades que vayan apareciendo y los otros porque su satisfacción en el trabajo y su empleabilidad futura dependen de ello.
14) Pymes más justas. La empresa vive en sociedad y su primera aportación a la misma es dar empleo a sus trabajadores, contribuir a su formación y aportar en torno a un 30% de su salario a las arcas generales de la Seguridad Social. Pero además, la empresa tiene un compromiso de excelencia con la sociedad, con sus trabajadores, clientes y consumidores, con sus accionistas, de vender lo que promete, de pagar lo justo, de no enriquecerse injustamente, de mantener y proteger el medio ambiente, de crear un negocio sostenible…
15) Pymes más humanas. Frente a actitudes utilitaristas (que ven en cada persona un mero instrumento valorado por su utilidad, no un fin en sí mismo) y mercantilistas (que reducen a un precio el significado de la iniciativa humana), las empresas han de procurar el desarrollo humano integral de las personas.
RECOMENDACIONES
Este estudio contiene más de 200 herramientas y modelos organizados y estructurados en función de los adjetivos del apartado anterior y de las áreas de la empresa. Desde estas líneas se recomienda el siguiente “modo de empleo” del informe:
· Respecto a las tendencias, este estudio refleja las principales de carácter global. A ellas cada Pyme debería añadirles las específicas del sector o de área en la que opere y conocerlas, seguirlas y adaptarse/anticiparse a todas ellas.
· Se han descrito 15 adjetivos que deberían caracterizar a la empresa del siglo XXI y seguro que cada una de ellas presenta un grado de desarrollo diferente en cada una de esas facetas. Como primer paso sería bueno que cada empresa fuera capaz de medirse frente a los mismos para conocer su situación de partida.
· Asimismo, en función de la empresa y del sector o mercado en el que opere, unas características serán más determinantes que otras a la hora de mejorar su productividad y competitividad. Por ello sería deseable:
o Identificar aquellas más críticas para la empresa.
o Profundizar en las herramientas y modelos que pueden ayudar a su desarrollo.
o Poner en marcha un plan de desarrollo de las mismas con objetivos medibles y medidos, plazos y responsables.
Todo lo anteriormente descrito no puede ser hecho solo por la dirección. Ésta debería impulsar, alentar y acompañar el proceso de cambio pero para que se produzca será necesario involucrar a las personas afectadas y solicitar ayuda externa cuando sea necesario.