
La amenaza de la recesión económica está trayendo despidos masivos y congelación de salarios, pero muchos expertos opinan que una crisis económica es el mejor momento para hacerse con empleados valiosos que aporten una ventaja comparativa al negocio. Para evitar hundirse en estos momentos, lo que hay que saber es que no es tiempo de replegarse, retirarse a una segunda línea y esperar salir indemne, sino que una recesión puede convertirse en una oportunidad para una compañía bien gestionada. Así, tiene mucho más sentido pensar en la desaceleración como una coyuntura adecuada para reforzar el capital humano y retener a los mejores empleados.
A este respecto, la disponibilidad de recursos financieros es un elemento clave, ya que es muy posible que durante la crisis los presupuestos de formación y los incentivos se recorten, de modo que es más difícil mantener motivados a los empleados. La pericia de los gestores de recursos humanos puede aportar muchas estrategias a una compañía para sortear el bache del mercado. De la misma manera que el “crash” inmobiliario ajustará los precios de la vivienda hasta que estos resulten atractivos, la cotización de los mejores empleados también puede bajar. La ventaja más obvia es conseguir a profesionales que, en los buenos tiempos, no están al alcance de la empresa o son muy difíciles de contratar. Por último, los expertos también aconsejan no olvidarse de reforzar el compromiso de la plantilla para salir del atolladero. La batalla puede ser dura y la motivación de los empleados es una de las mejores armas para luchar en un clima económico adverso.