Es evidente que Navarra tiene un problema con la Sanidad. Y un problema con los médicos, que se llevan movilizando y quejando hace tiempo. En este sentido parte del problema son las retribuciones a los médicos, y en este apartado difiere notablemente el diagnóstico del Gobierno de Navarra respecto al de los médicos.
Por el contrario, los médicos esgrimen por su parte estudios comparativos alternativos, como el del Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada, el cual elaboraba recientemente un informe sobre las “Diferencias retributivas de los Médicos de Hospital Españoles en 20232″, en el que Navarra no queda en muy buen lugar. En realidad, casi en último lugar, particularmente al considerar, de las 4 clasificaciones de médicos establecidas según antigüedad y situación, la de los médicos interinos y en situación eventual.
Más allá de esta discrepancia entre los médicos y el gobierno sobre las retribuciones, o sobre la cantidad de guardias que tienen que hacer los médicos navarros para alcanzar los niveles salariales de otras comunidades, el hecho es Navarra no es un destino atractivo para los médicos, como indica el hecho de que Navarra encabece con gran diferencia, junto con Extremadura, el ranking de comunidades en las que más plazas MIR sobre las ofertadas quedan desiertas. Hablamos nada menos que de un 40% de plazas desiertas. Desde luego este dato en el campo de los hechos parece dar la razón a los médicos en el campo teórico sobre los sueldos.
La situación lamentablemente es susceptible de empeorar. ¿Acaso está pensando el gobierno foral en mejorar la retribución de los médicos? Parece por el contrario que lo que preocupa a las fuerzas que sustentan al Gobierno de Navarra es implantar todavía un filtro más para estimular la fuga de médicos de Navarra, como es multiplicar la obligación general de atender a los pacientes en euskera.
Finalmente no cabe sino señalar que Navarra, una comunidad tan pequeña por población, cuente sin embargo con dos facultades de Medicina, con el coste presupuestario correspondiente en el caso de la pública, e irónicamente pueda tener sin embargo escasez de médicos. O a lo mejor no es un suceso tan paradójico como parece, si nos gastamos el dinero en formar a los médicos en vez de en contratarlos. El resultado sería que estamos formando con nuestro dinero a los médicos de las demás comunidades, que son las que después los atraen para trabajar con salarios superiores.
A lo mejor es que hay que abrir una nueva facultad de Medicina en Tudela, o a lo mejor es que para retener y captar a los médicos que necesitamos tenemos que ser más competitivos desde el punto de vista salarial. Desde luego pagar a los médicos no será, de todos los capítulos de gasto de los Presupuestos Generales de Navarra, el más injustificado e inflado que podamos encontrar.