Hace unas fechas publicábamos el dato de que de la renta garantizada en Navarra ya no se sale, que el 90% de los perceptores de esta ayuda se cronifican. O la renta garantiza desincentiva volver a la vida productiva, o realmente no hay ahí fuera oportunidades para la gente que empieza a recibir esta ayuda. Cualquiera de los escenarios resulta sumamente preocupante y perverso.
Abundando en este problema, el último boletín de Institución Futuro muestra el enorme crecimiento del número de navarros que viene recibiendo la renta garantizada en los últimos años. Las cifras resultan esacasamente tranquilizadoras tanto en términos absolutos como porcentuales. Hay casi 40.000 navarros, 17.400 unidades familiares, que para subsistir necesitan esta renta garantizada, y el número de perceptores se ha más que duplicado desde hace 10 años.
Ni siquiera el leve descenso de perceptores en el último año resulta esperanzador, puesto que, como señala Institución Futuro, este ligero descenso se debe realmente al número de navarros que están empezando a percibir del estado el Ingreso Mínimo Vital. Es decir, que en realidad el número de personas dependientes de estas ayudas para poder subsistir sigue creciendo, por lo que la recuperación se queda sólo en aparente recuperación.
Cabría preguntarse qué tiene de malo el crecimiento de este tipo de rentas, pero para responder hay que entender antes que este tipo de rentas son como un fármaco paliativo, pero no curativo. Es decir, se tratan los síntomas, pero no las causas. Arreglar el problema es reducir el número de personas que necesitan ayuda, colocándolas en la economía productiva, no aumentar el número de ayudas. Pensar que la situación mejora porque crece el número de rentas garantizadas es como creer que la enfermedad mejora porque aumenta el número de pastillas que tenemos que tomar contra los dolores, o como creer que la lucha contra la delincuencia va bien porque cada vez hay más policías. Al contrario, si hacen falta más pastillas para el dolor seguramente es que la enfermedad va mal, y si hacen falta más policías seguramente es que cada vez la delincuencia es mayor. Por eso sería tan importante que de la renta garantizada se pudiera salir, particularmente porque ello significara un mayor dinamismo de la economía y del mercado laboral. Por otro lado para que haya personas recibiendo ayudas del gobierno tiene que haber personas cuya actividad llene por otro lado las arcas del gobierno. En la medida en que el primer grupo sea mayor y el segundo menor, más precaria será la sostenibilidad de las ayudas y mayor será la cantidad de recursos que haya que detraer de las fuentes de generación de riqueza para paliar la pobreza. Un círculo vicioso de manual.