Jose María Aracama, presidente de Institución Futuro, participa como columnista en la sección de “La firma”, del programa “ La Brújula de Navarra” de Onda Cero Navarra, dirigido por Javier Saralegui, y aporta su visión sobre la información y la toma de decisiones de los políticos en la gestión de la pandemia.
En el mundo de la empresa se acepta que haya que tomar decisiones importantes con información limitada y presión de tiempo. Lo de poseer información limitada es normal, lo de decisiones importantes es menos habitual y lo de la presión de tiempo sucede rara vez.
Las decisiones que tuvo que tomar el gobierno de España cuando estalló la pandemia en marzo sí que eran decisiones importantes, con poca información y presión de tiempo. Independientemente de lo que consideremos cada uno de nosotros sobre cómo se actuó, podríamos aceptar que se hizo lo que se pudo.
Sin embargo, no se puede decir lo mismo de las decisiones que se están tomando para gestionar esta ya tercera ola de la pandemia. Hay más información y debiéramos tenerla presente. Siguen siendo decisiones importantes. Pero lo que no ha habido ha sido presión de tiempo. De ahí que no se entienda, por ejemplo, que en Navarra el ritmo de vacunación esté siendo tan lento. La ciencia ha trabajado a contrarreloj, se ha hecho lo más difícil, y sin embargo la vacunación se realiza casi casi con cuentagotas.
Desde junio, cuando parecía controlada la primera ola, se debían haber establecido planes de actuación en función de posibles escenarios previsibles. Así se hubieran evitado las improvisaciones de última hora. Éste es el ABC en la toma de decisiones y diseño de estrategias.
Esta tercera ola debería habernos pillado mejor preparados. Si las cosas se piensan de antemano hay tiempo para estudiar y proponer las mejores soluciones posibles. El no haberlo hecho no exime de responsabilidades a los gestores públicos. Cultiven señores políticos la estrategia y la toma de decisiones.