Hay grandes figuras navarras que destacaron en distintos ámbitos; Benjamín de Tudela como persona “echada para adelante” que hizo un largo viaje por tierras de Oriente Medio en el siglo XII dejando constancia del mismo para futuras generaciones. Nuestro queridísimo patrón, San Francisco Javier, paradigma de generosidad y tesón, capaz de dar su tiempo y vida a los demás y cruzar medio mundo para conseguir su objetivo. La sabiduría de Martín de Azpilicueta, teólogo, jurisconsulto y economista, como persona preocupada por el conocimiento que perteneció a la Escuela de Salamanca. Jerónimo de Ayanz, prolífico inventor, olvidado por algunos como ejemplo de ingenio. La virtuosidad de Pablo Sarasate y Julian Gayarre en la música. Pedro de Axular, la mayor figura de las letras navarras en euskera. Nuestro Premio Nobel Ramón y Cajal. La visión empresarial de Félix Huarte. El tesón, humildad y capacidad de sufrimiento en el deporte de Miguel Induráin…
La Navarra que hoy conocemos se ha perfilado a lo largo de los siglos. El paso de diferentes culturas y civilizaciones ha dejado una profunda huella en cada rincón de nuestra geografía. La Comunidad Foral es testigo de manifestaciones artísticas de todos los ámbitos y épocas: restos prehistóricos, herencia romana, vestigios de pueblos judíos y musulmanes, románico, gótico, renacimiento, barroco y arte contemporáneo.
Estamos acostumbrados a ver a Navarra en las posiciones de cabeza en cuanto a prosperidad, renta per cápita, tasa de empleo, esperanza de vida, educación, sanidad, donaciones de sangre, solidaridad, misioneros … y el último barómetro autonómico del CIS de octubre de 2012 dice que el 87.1% de los navarros estamos orgullosos de serlo.
Sin embargo, últimamente parece que la tendencia está cambiando y que cada vez que Navarra sale en los medios es para dar malas noticias: el convenio, la insolidaridad con el resto de los españoles, la sucesión de leyes impugnadas por inconstitucionales, los presupuestos prorrogados, la división, las luchas fratricidas… A ello hay que sumar que los datos ya no son tan buenos como eran y parece que Navarra esté empezando a declinar y que los navarros estamos contagiándonos poco a poco de un pesimismo negro que mina nuestra moral.
Pues bien, frente a todo ello y volviendo al principio de este artículo, yo quiero decir que los navarros seguimos siendo como éramos hace unos años. ¡Somos los mismos! buena gente y capaz de seguir haciendo muchas y buenas cosas. No podemos dejarnos ganar por el pesimismo, no podemos dejar que nadie nos contagie o nos inocule ese virus. Hay más problemas, las cosas están más difíciles pero nosotros somos capaces de imaginar un mejor futuro y de ponerlo en marcha y además de seguir sintiéndonos orgullosos de nuestra tierra con toda su diversidad, de ser navarros.
Vivimos en una tierra maravillosa y bendecida, cimentada con las tradiciones y los valores de nuestros padres y antepasados. Tenemos la gran suerte de haber nacido en Navarra y la obligación de seguir cimentándola manteniendo nuestra identidad. No la hemos heredado, nos la han prestado nuestros nietos.
Yo les animo a todos a que se remanguen y den lo mejor de sí mismos, que es mucho, y a que no pierdan nunca el orgullo de pertenecer a esta gran y diversa tierra que es Navarra y permítanme que lo haga de esa forma tan navarra ¿A que no puedes …..? Y alejémonos de cenizos y zombis que haberlos haylos con buena y con mala intención. Como dice la jota, Navarra siempre p’alante.
¡Feliz día de S. Francisco Javier! ¡Feliz día de Navarra! ¡Felicidades navarro!