
En épocas de crisis suele ser habitual que los líderes lleven a cabo reformas económicas para intentar encauzar la economía. Aunque según Johnny Munkhammar, autor de “The guide to reform”, esperar a que la mayoría de los votantes considere conveniente el cambio es un error, puesto que supone un eterno aplazamiento, parece obvio que es precisamente entonces cuando el apoyo de los ciudadanos resulta más necesario que nunca, objetivo que sólo podrá alcanzarse mediante unas adecuadas prácticas de información. El think tank francés Institut Montaigne aporta en su informe Comment communiquer la réforme buenas pistas sobre cómo comunicar las reformas.
1)La opinión pública: las encuestas de opinión son herramientas muy útiles para evaluar el nivel de madurez de una posible reforma. Consultar a expertos independientes que puedan aportar ideas y realizar benchmarking para estudiar la casuística de otros países y tomarlos como ejemplo.
2)Un líder: resulta vital tener una cabeza visible porque, si una idea de reforma puede sonar un tanto abstracta, asociarla a una figura conocida puede facilitar su comprensión y aceptación.
3)Dimensión comunicativa: contar con un especialista en comunicación que pueda trazar una cartografía de a quién hay que comunicar y con qué estrategias.
4)Diálogo: hay que evitar por todos los medios dar la impresión de que los proyectos ya están listos antes incluso de que hayan sido consultados los demás actores implicados.
Otro aspecto que no menciona el think tank francés pero que está cada vez más en alza es Internet como medio de transmisión de información. En este sentido, el informe Politics, Policy and the Internet del think tank Centre for Policy Studies, destaca que la red es un sistema de opinión abierto y vivo y un tanto anárquico, y que debe ser muy tenido en cuenta por los políticos a la hora de comunicar.