El “rico” es el villano perfecto. Todos tenemos alguien que es “más rico” que nosotros”. Un vecino, un amigo, un compañero de trabajo. Y por si acaso, en los medios vemos gente que, aparentemente, vive mucho mejor que nosotros. Si además quien está en el poder se ocupa regularmente de azuzar la envidia, qué más queremos. La semana pasada algún asesor de comunicación le escribió al Presidente del Gobierno la frase “necesitamos menos lamborghinis y más transporte público”. Lamborghini, para el lector poco aficionado, es una marca italiana de coches deportivos. Y entonces con una frase contrapone al “insolidario rico” con el pueblo llano que va en transporte público. De primeras imbatible, aunque rascando un poco vemos cómo, por ejemplo, en Suiza las rentas son altísimas, los coches de lujo son la norma, y los servicios de transporte público son de primera calidad. Pero el mensaje populista ya está lanzado. Ovación cerrada al Presidente y salida a hombros.
Nuestro Gobierno de Navarra habla por la vía de los hechos (fiscales) y tenemos los tipos más altos de España en IRPF, en Sociedades, en Patrimonio y en Sucesiones. Porque lo que hay que hacer, como dice el mensaje populista, es que “El que más gana pague más”, dando a entender que hasta ahora no lo hace y que, por ahora, es un insolidario. Con este mensaje se han justificado las “reformas” (eufemismo de subidas) fiscales que se han acometido.
Pero claro, uno va luego a los números de recaudación fiscal de Navarra y resulta que el vilipendiado rico debería tener una calle, una rotonda o una avenida. Porque desde luego, las paga.
Resulta que en Navarra (según datos de la HFN) el 9% de los contribuyentes aporta el 48% de la recaudación de IRPF. Son ellos, los “villanos”, ricos los que están sosteniendo este estado del bienestar. Son ellos los que pagan la Sanidad del resto (y no la consumen porque tienen seguros privados), son ellos los que pagan la educación pública, son ellos los que pagan la Renta Básica, etc. Pero estamos empeñados en crearles un ambiente hostil. Fiscal y socialmente.
Porque socialmente también ha calado el mensaje de que el rico es insolidario. La envidia es un arma muy potente e incluso al que le va bien le da vergüenza admitirlo por miedo a generar envidia. No hay más que ver cómo nuestros políticos compiten ridículamente en a ver quién tiene menos patrimonio. Oiga, no. Yo prefiero que me gobierne quien ha sido capaz de gestionarse bien su patrimonio.
Estamos empeñados en igualar todo por abajo y penalizar la riqueza, cuando son estos contribuyentes (ahí están los datos) los que están manteniendo este enorme volumen de gasto que gestiona el Gobierno cada año, y en vez de intentar atraerles, hacemos lo posible porque se vayan. Y desgraciadamente, se van. No se manifiestan, no montan coordinadoras. Simplemente se van. El año pasado se fueron 56 contribuyentes que declaraban más de 3 millones de Euros. A dónde? A donde les tratan bien.
Así que sí, aquí sí que queremos y necesitamos a los ricos. Que haya cada vez más ricos y menos pobres. Conseguir igualar las rentas por arriba, y no por abajo, es la mejor política social. Así que sean bienvenidos y que vengan con el coche que les dé la gana.
Álvaro Bañón Irujo. Economista y miembro de Institución Futuro