Navarra Confidencial, 24 de mayo de 2018

“La confianza empresarial de Navarra está en máximos históricos”. Así se expresaba el martes la presidenta Barcos en el Parlamento de Navarra, gráfica del INE en mano, para refutar las críticas de la oposición a la política económica en la legislatura del cambio.

Efectivamente, el Indice de Confianza Empresarial Armonizado refleja que Navarra, en el último trimestre, ha alcanzado un nuevo máximo y se ha situado por encima de la confianza empresarial media del conjunto del estado. ¿Tanto, set y partido para Barcos o hay que contextualizar primero los datos?

Para empezar, hay que decir que en este momento todo el mundo está en máximos de confianza empresarial. No es una peculiaridad del gobierno de Barcos que la confianza empresarial en Navarra esté en máximos. En casi todas partes las lecturas están en máximo.

 

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Que la confianza empresarial en Navarra se encuentre por encima de la del conjunto de España tampoco un logro inusitado de Uxue Barcos. En realidad, lo normal es que la confianza empresarial en Navarra viniera estando por encima de la del conjunto de España, de hecho fue con su llegada al poder cuando la confianza empresarial en Navarra empezó a quedar por debajo de la del conjunto de España y apenas en el último trimestre Navarra ha despuntado. Seguramente no es casual que Barcos haya sacado a relucir esta gráfica ahora y no en cualquier otro momento pasado de la legislatura. Ojalá el próximo trimestre, por cierto, pueda seguir presumiendo de ella.

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Dicho todo lo anterior, la confianza de los empresarios navarros se encuentra ahora por encima de la media estatal, pero por debajo de Castilla León, Castilla La Mancha, Baleares o Cantabria.

 

Es más, la confianza empresarial en Navarra se encuentra ahora mismo por debajo de la de Cataluña, donde a nadie se le escapa que en estos momentos hay algún problemilla que otro. No es que queramos cuestionar la credibilidad de una encuesta que siempre nos interesa, pero la confianza de los empresarios y la lógica, al menos desde luego en Cataluña, no parecen discurrir siempre por el mismo sendero.

 

 

De todo lo anterior, en todo caso, se desprende una vez la misma conclusión que casi siempre que el gobierno foral se pronuncia en el terreno económico. Para Barcos y su régimen cuadrúpedo es un éxito que no se haya producido un apocalipsis, lo que es ponerse el listón muy bajo. En realidad, todos sabíamos que a Barcos le iba a ir bien en lo económico al menos en los primeros años, ya que si al anterior gobierno le tocó capear con la peor crisis desde 1929, a Barcos le ha tocado disfrutar una legislatura gobernando con todo el viento a favor del crecimiento nacional e internacional. La pregunta es si las cosas van medio bien gracias a Barcos y los suyos o a pesar de Barcos y los suyos, y si Navarra está aprovechando ese viento a favor para ponerse a la cabeza del crecimiento o, como está sucediendo, sólo para ir manteniendo -y gracias-la marcha del pelotón.

Institución Futuro
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