Navarra Confidencial, 14 de noviembre de 2018

¿Qué imagen tienen de Navarra en el resto de España? Si es por las noticias a través de las cuales ha saltado a la actualidad en los últimos años, seguramente bastante mala. Es decir, de más cerca a más lejos en el tiempo tenemos la aberración de SKOLAE, con sus listas negras de cantantes o sus tertulias masturbatorias para niños. Un poco más allá tenemos todo el el asunto de la manada de Alsasua. Retrocediendo todavía más, la manada de los Sanfermines. O la exposición sacílega de Abel Azcona.

De todas estas noticias que más han marcado la imagen de Navarra a escala nacional, bien se podría pensar (no sin cierta razón), que la Comunidad Foral ha caído bajo un gobierno radical, que los partidarios de la kale borroka han hecho desaparecer la libertad en las calles, y que los Sanfermines, habitual foco turístico y de promoción foral, son una fiesta peligrosa a evitar. O peor aún, a la que acudir si se viene con malas intenciones.

Relacionado con esto o no, hace unas semanas Institución Futuro publicaba un análisis sobre la fuga de empresas de Cataluña y a dónde habían decidido trasladarse. El resultado para Navarra resultaba desolador. Sólo el 1% de las empresas que se marcharon de Cataluña pensaron que sería una buena idea buscar una sede alternativa en Navarra. No es que esto pase, aunque seguramente no ayuda, por lo de la manada o Alsasua, pero a la mala imagen que puede tener la población general sobre Navarra (lo cual puede tener una afección inmediata sobre el turismo), parece claro que se suma una mala imagen notable entre el empresariado. No es e extrañar teniendo en cuenta que el empresario es visto ahora como un enemigo por los partidos en el poder, la fiscalidad ya no es atractiva y, además, existe una apreciable inseguridad jurídica y el temor de que cada año la situación empeorará para satisfacer el cuatripartito a su electorado más radical. El resultado a la vista está.

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Por si lo anterior no fuera bastante, el detalle de las empresas que Navarra ha podido captar de las huidas de Cataluña empeora aún más cuando se analiza no ya el número de empresas que hemos atraído, sino la facturación de esas empresas que hemos atraído. Cuando se toma en consideración este dato, resulta que no sólo es que únicamente hayamos sido capaces de atraer al 0,99% de las empresas que salían de Cataluña, sino que esas empresas sólo han representado el 0,03% del dinero facturado, lo que nos coloca en el penúltimo puesto de la tabla en la captación efectiva de fondos, por delante tan sólo de Extremadura. ¿Alguien piensa que esto hubiera sido igual con los anteriores gobiernos? La pregunta incluso, quizá, es no ya si somos capaces de captar a las empresas que huyen de Cataluña, sino si no empezamos a parecernos a Cataluña. Porque si no somos atractivos para las empresas habrá que preguntarse quién va a generar inversión, quién va a crear empleo y quién va a pagar los servicios públicos.

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Institución Futuro
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