La CEOE publica desde 2015 un interesante estudio anual que mide el número de normas aprobadas a nivel estatal y autonómico. El documento reconoce que “el marco normativo español se caracteriza por una elevada densidad y complejidad, lo que origina distorsiones en el mercado y redunda en un alto nivel de obstáculos burocráticos y cargas administrativas”. Veamos en detalle el caso de Navarra.
En la Comunidad Foral se aprobaron en 2018 40 normas con rango de ley (incluidas las Leyes Forales), la cifra más alta junto con la Comunidad Valenciana. En el otro extremo se encuentran La Rioja y País Vasco, donde solo se aprobaron 6.
Que se aprueben muchas o pocas leyes no es de por si positivo ni negativo; lo que ha de comprobarse es que éstas sean claras y simples, con el fin de evitar posibles interpretaciones, y otorguen estabilidad al ordenamiento jurídico.
Lo que está claro es que en Navarra el número de leyes ha aumentado desde 2015, cuando se aprobaron 30.
Si se analiza la evolución del número de páginas del Boletín Oficial de Navarra (BON), se comprueba cómo éste lleva creciendo desde 2016, hasta alcanzar el año pasado la cifra de 14.568 páginas.
El incremento de 2018 respecto a 2017 fue en Navarra el tercero mayor de todas las CCAA (12,5%), frente al 3,7% de media nacional.
Así pues, estas cifras con tendencia claramente al alza en el último año deberían analizarse con precaución. Como decíamos, legislar más no siempre significa legislar mejor. El propio informe de la CEOE determina que, “contar con una Administración y una legislación simplificada, modera, estable y al servicio de las necesidades de las empresas y los ciudadanos, es la receta para convertirse en un polo de competitividad en la economía globalizada”. Ojalá este objetivo se consiga.