NavarraCapital.es, 12 de marzo de 2018
La Comunidad foral cuenta con algunas de las empresas más potentes a nivel nacional, pero también con un tejido empresarial diverso y variado que aporta riqueza al territorio

Entre las 5.000 empresas más grandes de España se han colado este año 126 con sello navarro, con Volkswagen Navarra a la cabeza una vez más y que en esta ocasión se sitúa en el puesto 43, mejorando dos posiciones con respecto al año anterior. Hay empresas de automoción, agroalimentarias, del sector papelero, del farmacéutico o energéticas, por ejemplo. Un amplio abanico que da fe de la riqueza económica de la Comunidad foral.

La clasificación que ha elaborado NavarraCapital.es a partir del ranking que elabora la revista Actualidad Económica, publicación que analiza las firmas más potentes en cuanto a facturación atendiendo a los datos de cierre de 2016. Para ello, ha tomado en consideración aquellas empresas que superaron los 30 millones de euros y, en el caso de grupos empresariales, los 40 millones.

En el caso navarro, las cifras del top five superan con creces esos datos. De hecho, lidera el ranking Volkswagen Navarra, con una facturación de 2.911,46 millones, según la publicación. Le sigue Siemens Gamesa (en su división eólica), con 971,3 millones; Unnefar, cooperativa que integra a Nafarco, con 804,58 millones; Viscofan, con 730 millones; y Grupo AN, con 699 millones.

Pero junto a estos gigantes hay otras 121 empresas asentadas en la Comunidad foral que logran situarse entre las más importantes del país, algo que debe ser destacado porque pone de manifiesto el peso específico del tejido empresarial navarro, sobre todo si tenemos en cuenta las dimensiones del territorio.

Poner el foco en cada una de estas cinco grandes firmas nos lleva a analizar al detalle cómo han llegado a estos puestos en el ranking y a aventurar cuáles son sus apuestas para seguir liderando la economía navarra.

EL TAMAÑO, CLAVE PARA SER COMPETITIVOS

Tras estos grandes ejemplos de empresas potentes y competitivas se esconde, sin embargo, una realidad no siempre tan atractiva. No cabe duda de que el tejido empresarial navarro es eminentemente industrial. Su peso en el PIB es superior a la media española y a la de varios países europeos, tal y como apuntan tanto de la Institución Futuro como la Confederación de Empresarios de Navarra. Pero, detrás, hay una realidad no tan halagüeña: el tamaño de las empresas navarras es demasiado pequeño.

“Una empresa o crece o se la comen. No es posible quedarse en una determinada posición. Tiene que crecer orgánica o inorgánicamente, por adquisiciones, pero tiene que crecer, porque el tamaño es muy importante”, recalca el presidente de la CEN, José Antonio Sarría. Y, a día de hoy, lo cierto es que se pueden contar con los dedos de la mano las grandes empresas. “Solo el 0.1% son grandes empresas, de más de 250 trabajadores, cuando en el resto de países suelen representar el 0,5% o 0,6%, añade Sarría, quien añade que, además, entre las pymes predominan las micropymes en detrimento de las medianas empresas.

A su juicio, la clave está en “incentivar el crecimiento”, en estos momentos algo desmotivado, recalca, “desde el punto de vista tanto fiscal como laboral y burocrático”. No obstante, también asegura que en Navarra, la CEN de la mano del Gobierno foral está trabajando en este crecimiento de las empresas, para ganar competitividad.

En este sentido, la directora de Institución Futuro, Ana Yerro, destaca que “por desgracia”, todavía hay “un largo recorrido de mejora”. Y ésta pasa por implantar una serie de medidas que hagan más fuerte y competitiva la empresa navarra. “Habría que fomentar la formación de las personas, que al final son el recurso clave para los retos de todo tipo que nos deparará el futuro” y afrontar “el reto de la industria 4.0, el más novedoso al que nos enfrentamos”. “Las pymes están poco sensibilizadas y no saben en muchos casos cómo afrontarlo”, advierte. Por eso considera prioritario orientarles en este camino.

Yerro también exige al Ejecutivo foral que juegue un papel importante incentivando el tejido empresarial. “Harían falta una serie de medidas favorables, como por ejemplo en el área fiscal, que contribuyan a la creación de un entrono competitivo que permita prosperar a las empresas”, reclama. Todo ello redundaría en “la sofisticación de las empresas”, que es, a su juicio, “un claro determinante de su nivel de productividad y de su capacidad de competir”. “Y el que las empresas crezcan en tamaño facilita un aumento de la calidad de la gestión, la inversión en innovación, la atracción de talento y la capacidad de internacionalizarse”, concluye la directora de Institución Futuro.
 

Institución Futuro
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