NavarraConfidencial.com, 22 de agosto de 2017
Diversos medios se han hecho eco recientemente de dos informes de Institución Futuro que a su vez no hacen sino recoger los datos oficiales publicados

Diversos medios se han hecho eco recientemente de dos informes de Institución Futuro que a su vez no hacen sino recoger los datos oficiales publicados. 

El primer informe, relativo a la creación de empresas, muestra que en Navarra, en junio, se constituyeron en la Comunidad Foral 67 empresas y se disolvieron 5. Aparentemente un saldo neto de 62 empresas constituidas parece bueno, pero resulta que es el peor mes de junio de los últimos diez años. Repetimos: el peor mes de junio de los últimos diez años. Incluyendo los años de crisis. Sí, en Navarra. Sí, gobernando Uxue Barkos.

 

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Si lo que se observa es el dato de empresas creadas en todo el primer semestre, el saldo neto de enero a junio de 2017 es de 412 empresas creadas. Aunque una vez más el dato resulta aparentemente bueno, en realidad es el segundo peor de la última década. No es todavía la lluvia de fuego que se describe en el Apocalipsis, pero al menos suena un poco como a la trompeta que se oye antes.

 

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Paralelamente a lo anterior, otro dato relevante que es la plantilla de la administración no hace más que crecer en Navarra. Tanto como un 29% desde el inicio de la crisis.

 

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¿Tiene algo de malo que aumente el número de funcionarios? Pues por lo pronto que hay que pagarlos. ¿Y quién paga a la gente cuyos salarios vienen del presupuesto? ¿Pues la gente cuyos salarios no vienen del presupuesto? La gente que trabaja en las empresas. Las propias empresas con sus impuestos. Es fácil entender que si el crecimiento de las empresas y el de los gastos públicos no van parejos, hay un problema.

Como colofón de todo lo anterior, un artículo publicado este verano por El economista aportaba un dato interesante. Con un 15,7% del empleo total, el porcentaje de empleo público en España no parece particularmente desbocado. Noruega, de hecho, tiene un 30% de empleados públicos, o Suecia un 28%. El problema es que, respecto al PIB, Noruega dedica a pagar a los funcionarios el 15,4%, por el 11% de España. Es decir, teniendo un porcentaje mucho más bajo de funcionarios, dedicamos proporcionalmente muchos más recursos que los noruegos o los suecos a pagarlos. Noruega tiene el doble de funcionarios pero sólo dedica un 50% más a pagarlos. En definitiva nosotros tenemos unos funcionarios mucho más caros, aumenta el número de funcionarios y baja en cambio la creación de empresas. Además, los gastos de personal en la administración es un gasto mucho más fácil de subir cuando crecemos que de bajar cuando llegan las vacas flacas, con lo que estamos sentando las bases de futuros conflictos y desequilibrios.

Sin duda alguien podrá mostrar su nómina y decir que un funcionario tampoco cobra para tanto. ¿Pero comparado con quién? La comparación hay que hacerla con aquellos cuya nómina no viene del presupuesto y, efectivamente, tampoco es que los funcionarios cobren una fortuna, pero es que los que no son funcionarios, los que tienen que sostener el salario de los funcionarios, trabajan más y cobran menos aún. Si aumentamos el número de los que cobran del presupuesto y no hay un aumento proporcional de los que su sueldo no viene del presupuesto, el reino de leche y miel resulta que tiene los pies de barro.

Institución Futuro
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