Teresa de Calcuta, empresaria
Como en sus libros, traducidos a varios idiomas, se confesó en Pamplona como firme partidario del orden espontáneo de la sociedad y contrario a lo que califica de «utilización del poder coactivo del Estado para poder organizar la sociedad desde la educación, la sanidad y la economía», objetivo que, a su juicio, «es teóricamente imposible porque es un problema de información. Para que los reglamentos y mandatos incidan en la sociedad y la organicen es preciso que incorporen una información de la que no dispone el gobernante. Es una información que sólo se crea a nivel del ciudadano de a pie, de la sociedad civil. El Estado bloquea la creación de esa información». El profesor Huerta de Soto recuerda que en sus clases pone «como ejemplo de empresaria a la Madre Teresa de Calcuta porque se da cuenta, crea y emprende acciones, ya que el término empresario procede del latín in prhendo, que significa descubrir. Y ejercemos nuestra capacidad empresarial cuando descubrimos nuestra capacidad de ganancia en cualquier ámbito, no únicamente en el económico».
Mercado y liberalismo
Define mercado y sociedad «como una complejísima red de interacciones humanas que, básicamente, son relaciones de intercambio pautadas por principios morales y jurídicos impulsadas por la función empresarial. Mercado es la más íntima manifestación del ser humano que se da cuenta que sale ganando si intercambiamos unos con otros. Y por eso vivimos en sociedad. El error es confundir sociedad con Estado». No obstante reconoce que en España «hay que ser consciente que el 90% de los votos son de estadistas. El pobre ciudadano piensa que si no hay Estado no va a haber carreteras».
Analizando el momento actual considera que «a igualdad de circunstancias es preferible una España descentralizada que centralizada. Por ejemplo: si Navarra y País Vasco no tienen impuesto de sucesiones, ocurre que, en Cantabria y Rioja, o lo quitan o se deslocalizan las inversiones». Sobre la eficacia de los partidos liberales, estima que «se suicidaron a comienzos del siglo XX porque cayeron víctimas su pragmatismo.En aras a conseguir el poder político hicieron concesiones en sus principios».