Lunes, 13 de junio de 2011. 19 hs, sede de la Confederación de Empresarios de Navarra (Pamplona)
La (eterna) reforma laboral en España: mitos y propuestas

Juan José Dolado, Catedrático de Economía de la Universidad Carlos III y uno de los miembros del Grupo de los 100 Economistas, explicó cómo las diversas reformas laborales que se han llevado a cabo en España, incluida la del año pasado, han sido ineficientes, y que con la crisis económica, el gran reto es reasignar el empleo de la construcción a otros sectores.

Así lo expuso el lunes, 13 de junio en Pamplona en la decimocuarta conferencia del ciclo “Respuestas ante la crisis”, organizado por Institución Futuro (www.ifuturo.org) con la colaboración de Diario de Navarra, Onda Cero, Canal 6 y la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN). El ponente fue presentado por Javier Troyas, presidente de Institución Futuro, y Emilio Huerta, miembro del think tank.

Juan José Dolado explicó que si había titulado la conferencia como “La (eterna) reforma laboral” es porque “eso es el cuento de nunca acabar y las reformas anteriores no han funcionado”. “La del 84, 94, 97, 2001, 2002, 2006, 2010… Ha habido muchas reformas, y el comportamiento de la tasa de paro ha sido como el de una montaña rusa”. De acuerdo con el economista, el mercado de trabajo español sufre de “bulimia”, porque “hemos pasado de ser los campeones mundiales en la creación de empleo a campeones en su destrucción”. De hecho, admitió que la última reforma laboral, aprobada en 2010, “no ha servido de mucho”.
Las razones esgrimidas para explicar la situación se resumen en cuatro: 1) la excesiva brecha de los costes de despido entre trabajadores con contrato indefinido y con trabajos temporales (que suponen un tercio de los asalariados), una gran rotación y la escasa formación en el empleo; 2) La negociación colectiva, que plantea un crecimiento salarial fijado en función de la inflación, con escasa relación con el ciclo económico o crecimiento de la productividad; 3) La escasa dotación de las políticas activas de empleo (muy centradas en el subsidio al empleo permanente); y 4) Las prestaciones por desempleo, “sin vínculo alguno con la actividad de búsqueda de parados”.
De ahí la gran volatilidad del empleo en España, “volatilidad que se da en todos los sectores y que se debe a las elevadas tasas de empleo temporal”. Sobre la burbuja inmobiliaria, insistió en que ésta “no explica la alta tasa de paro estructural”, porque en nuestro país hemos tenido con anterioridad picos de paro que no se justifican por la potencia de por dicho sector. Aun así, reconoció que uno de los mayores problemas actuales es la “reasignación del empleo hacia otros sectores”.
Al plantear posibles soluciones, Dolado se guió por la máxima de que “a grandes males, grandes remedios”. Su principal propuesta: suprimir los contratos temporales (excepto los de sustitución temporal) y crear un contrato único con indemnización creciente con la antigüedad, para reducir la brecha de indemnización entre eventuales (en la actualidad, 8 días por año trabajado) e indefinidos (45 días). Apostó, además, por evaluar los programas existentes de políticas activas de empleo elevar los topes de las prestaciones por desempleo, “para cobrar más, pero durante menos tiempo”.
Por último, tuvo palabras muy duras sobre la negociación colectiva, “vigente desde hace 30 años, y muy desfasada”. Sus objetivos deberían ser recuperar la competitividad perdida mediante el ajuste de precios, a corto plazo, mejorar la productividad mediante una mayor flexibilidad interna, a medio y largo, y aliviar los problemas estructurales del mercado laboral (paro, precariedad y volatilidad). “Y el actual sistema de negociación colectiva no facilita estos objetivos”.

Institución Futuro
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