Martes, 18 de enero de 2011, 19 hs, sede de la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN)
Ajuste y reequilibrios de la economía española

José Luis Malo de Molina, Director General del Servicio de Estudios del Banco de España, destacó que las reformas estructurales que España necesita van a estimular el crecimiento económico, pero no a corto plazo. Aun y todo, se declaró “moderadamente optimista”.

 

Así lo expuso el martes, 18 de enero en Pamplona en la decimotercera y última conferencia del ciclo “Respuestas ante la crisis”, organizado por Institución Futuro (www.ifuturo.org) con la colaboración de Diario de Navarra, Onda Cero, Canal 6 y la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN). El ponente fue presentado por José Javier Olloqui y Emilio Huerta, director general y jefe de investigación respectivamente de Institución Futuro, ante más de 130 asistentes.

 

 
José Luis Malo de Molina valoró las reformas estructurales del Gobierno, como la reforma del mercado de trabajo y de las pensiones. Reconoció que el ajuste avanza a una velocidad razonable y que a corto plazo el ritmo de crecimiento va a ser lento. “No es esperable una pronta recuperación”, aunque a medio plazo el crecimiento se reanudará. “La política económica está correctamente orientada a los objetivos, pero la implementación ha de ser rigurosa y sin vacilaciones. Si se mantiene, dará sus frutos. Estamos en manos del resultado de las reformas”.
 
Subrayó que el desempleo sigue siendo el principal problema de España, y que la generación de puestos de trabajo es clave para recuperar la confianza empresarial y para el ajuste de las finanzas públicas. Añadió que tanto las familias como las empresas deben completar el saneamiento de sus balances, y ajustar sus gastos a esta nueva situación en la que el crédito no es tan fácil de conseguir que con anterioridad. Incidió en que la mejora de la competitividad de precios y costes es también clave para la recuperación y la corrección del déficit exterior.
 
Malo de Molina reconoció que el 2010 ha sido un año de prueba para la economía española, que se enfrentaba a la necesidad de corregir los desequilibrios acumulados. Dichos ajustes por primera vez se hacían bajo las condiciones específicas de la Unión Europea, lo que significa que “los excesos ya no se pueden corregir devaluando”. Se iba a poner a prueba “nuestra capacidad de absorber los excesos inmobiliarios, la eficiencia del mercado de trabajo y la sostenibilidad de la disciplina presupuestaria”.
 
A su juicio, “los resultados de la prueba no han sido satisfactorios porque han emergido fragilidades”. Entre ellas, la falta de flexibilidad salarial y las distorsiones del mercado de trabajo, que desplazaron el ajuste hacia el empleo y la actividad, lo que ha amplificado la magnitud de la perturbación; el ajuste inmobiliario, que no se ha realizado con suavidad y ha traído fuertes caídas en la inversión y reducciones de precios; el disparado déficit público y el crecimiento de la deuda; y el endurecimiento de las condiciones de financiación del sector bancario”.
 
La crisis de deuda soberana, que se inició en Grecia “como caso extremo de indisciplina fiscal”, reveló las debilidades de la gobernanza económica del área del euro. De acuerdo con el ponente, el efecto contagio se propagó a otros países vulnerables y a los bancos expuestos, lo que desató la especulación sobre la estabilidad del área del euro e hizo necesario el rescate de Grecia e Irlanda. La crisis ha supuesto, a nivel europeo, la creación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera y, en España, ha implicado “una enérgica reorientación de la política presupuestaria”, con un compromiso de reducción del déficit público de más de 5 puntos en dos años (del 11,2% en 2009 al objetivo del 6% en 2011) y las consiguientes medidas de reducción de salarios públicos, pensiones e inversión.

Acceso a fotografías del evento: http://goo.gl/Nm8m9
 
 
 
 

 

Institución Futuro
Share This